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La violencia no son solo gritos y golpes. Hay muchas formas de violencia menos espectaculares. Más sutiles. Más insidiosas.A veces, la violencia invisible es "normal". Es "útil". Permite expresar frustración, por ejemplo, o tomar una decisión que nos hace progresar. Sin embargo, en muchas ocasiones, la violencia invisible es "tóxica". No sirve para nada. Peor aún: hace que quien la sufre se hunda en una profunda sensación de naufragio vital.Tras el exito mundial de Los perversos narcisistas, el psicoterapeuta Jean-Charles Bouchoux quiere visibilizar este fenómeno, desvelar los mecanismos psicológicos que lo desencadenan y ofrecernos herramientas y pautas para tratarlo y superarlo en nuestra vida cotidiana: en el trabajo (o el colegio), en casa, en la pareja, etc. Pues, como afirma el autor, el estado natural de las personas es el amor y la alegría.