Más información
Jacob fue un analizante notable, apasionante, fascinante incluso..., pero también alguien que cuestionaba calificativos que llevan a admitir la necesidad de escribir. Su demanda, su exigencia de análisis, implicaba no sólo un sufrimiento psíquico, sino también físico debido a una rectocolitis hemorrágica, que le forzaba a una búsqueda de causalidad, a una necesidad de dar sentido a ese desorden.